miércoles, 18 de mayo de 2011

¿Y AHORA QUÉ? GESTIÓN DE CONFLICTOS

Cuando un conflicto se encuentra en su punto máximo es hora de actuar. Algunos conflictos se solucionan por sí mismos, no es preciso hacer nada, esperar el paso del tiempo. Otros exigen medidas (y nunca las coercitivas suelen ser efectivas). Y, finalmente, en la mayoría de los casos se precisa negociación (dos partes que tratan de entenderse buscando puntos comunes).

La búsqueda de soluciones a un conflicto por el mero paso del tiempo requiere un control absoluto de todas las variables de evolución. Es complejo, requiere mucho análisis, y no permite acciones de respuesta ante reacciones inmediatas de alguna de las partes. Y únicamente sirve para determinados conflictos: un cabreo, una pataleta...

Las medidas coercitivas tienden a radicalizar las posturas de la parte débil. Pueden terminar con un conflicto, o generar efectos secundarios indeseados. Y más en situaciones de cierta euforia colectiva, con ilusiones y pasiones como motores de acción colectiva (y por tanto mucho más intensas que las argumentaciones racionales, con el efecto amplificador de la masa) . Empujan a la parte débil hacia la ira, la rabia.

La negociación implica siempre una cesión. Implica tragar cierto orgullo. Implica escuchar a la otra parte, ponerse a su nivel.

¿Qué pasará en las próximas horas, una vez que parecen descartadas la primera y tercera opción, o al menos no se vislumban?

Las reacciones, desde un punto de vista de gestión de conflictos, no parecen que estén siendo las más adecuadas, con continuos comentarios desafortunados que sirven para inflamar más los ánimos. Ausencia de autocrítica, ausencia de comunicación, intentos de desacreditar, intentos de desinformar, intentos de apropiarse del movimiento...Pero de lo que no debe caber ninguna duda es que los ciudadanos tienen derecho a criticar a los políticos, y tienen derecho a una acción política más allá de votar cada cuatro años, hecho de la máxima importancia pero que no puede significar un secuestro de la voz y de la expresión durante ese tiempo.

Reflexión, autocrítica, humildad, sensatez, paciencia, diálogo, paz (no violencia)...no veo otras vías. Escuchar a los ciudadanos no es una vía, es una obligación.

También es evidente que influirá (o no, dado el perverso sistema electoral existente - ¿por qué no cambiar eso como primera medida de paz social?- ) en las elecciones, en función de la altura de miras que demuestre cada partido o candidato.

Esta frase de Ghandi circula por twitter: Primero te ignoran. Luego se ríen de ti. Después te atacan. Entonces ganas. Parece que, desgraciadamente, coincide con el devenir de la situación.

EN TIEMPO DE CRISIS, ALTURA DE MIRAS.



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